
Dueña
de un timbre potente y limpio, que paseó con éxito por las graves y las agudas,
Sonia Silvestre dejó este mundo a los 61 años, tras permanecer una semana
ingresada a causa del recrudecimiento de una afección renal y el posterior
ataque de dos accidentes cerebrovasculares.
Personalidades,
medios de comunicación y otras instituciones han echado mano de las redes
sociales para expresar su dolor ante la pérdida de la intérprete que cantó al
amor, al desamor, a la vida y a su patria.
“Con
dolor en el alma despedimos a una gran dominicana, nuestra admirada Sonia
Silvestre. Que Dios te muestre su rostro. EPD mi querida Sonia”, escribió en su
cuenta de Twitter la vicepresidenta, Margarita Cedeño.
El
Ministerio de Cultura también lamentó la muerte en la misma red social al
expresar: “Unimos nuestros corazones al dolor de los familiares de nuestra
queridísima e inolvidable Sonia Silvestre”.

“No
me gusta la nostalgia. No me veo cantando siempre las mismas canciones en los
mismos escenarios; me gustaría retomar mi carrera con nuevas letras (…) en esta
etapa de mi vida estoy reflexionando tranquilamente sobre lo mejor para mi
carrera”, expuso recientemente la cantante en una entrevista televisa.
Sus
inicios se remontan a principios de los 70 cuando aún con su timidez pueblerina
a cuestas, esta menuda joven sorprendió al mundo artístico local con la
interpretación de la canción “¿Dónde podré gritarte que te quiero?” de la
laureada compositora dominicana Leonor Porcella de Brea.
Desde
entonces, paseó su voz por Cuba, Puerto Rico, Nicaragua, Venezuela, España, Colombia,
México y Estados Unidos, entre otros países, donde siempre enarboló su orgullo
de ser dominicana.
Esa
primera etapa de popularidad, que se extendió por más de dos décadas, fue
seguida por otro espacio más actual, en los años 90, donde Sonia Silvestre se
mantuvo en el gusto popular al unir su voz con el ritmo de moda: la bachata.

La
cantante dominicana fue muy amiga del cantautor cubano Silvio Rodríguez, quien
desde que le conoció quedó prendado de sus condiciones vocales hasta el punto
que en los años 70 la invitó a acompañarle en una gira que recorrió toda Cuba.
La
amistad entre ambos se mantuvo desde entonces, y se recuerda el éxito que logró
Silvestre cuando grabó la famosa canción “Ojalá”, una de las más conocidas del
artista cubano.
Esa
cercanía de Sonia Silvestre con la Revolución cubana y sus públicas
preferencias políticas de izquierda, le restaron muchos años de carrera a nivel
internacional, aunque la cantante nunca se arrepintió de ello, pues reiteró en
varias oportunidades que el compromiso con su pueblo era más importante que su
propia carrera artística.
En
el aspecto personal, su primer matrimonio fue con el presentador, compositor y
publicista dominicano Yaqui Núñez del Risco, una de las figuras más importantes
de la televisión y los medios electrónicos locales en los años 70, 80 y 90,
retirado hoy debido a problemas de salud.
Luego
del fracaso de esa unión, Sonia Silvestre se fue a vivir a México, “porque
tenía que romper con todo y esa fue la mejor decisión”. Superado ese proceso,
regresa al país y une su vida a la del fotógrafo venezolano José Betancourt,
padre de sus dos hijos, Andrés y Eloísa.
En
los últimos años repartía su tiempo entre Cuba y República Dominicana, pues en
La Habana desempeñaba un cargo diplomático en la rama cultural.
“La
tarde está llorando”, una de sus más conocidas canciones, parece el homenaje
más sentido con el que los dominicanos recordarán a una de sus más valiosas
intérpretes del arte popular.
Fuente-EFE
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