
Las
principales razones de que la especie esté en peligro de extinción son el
crecimiento explosivo de la población, la sobrepesca, la contaminación de las
zonas costeras, el calentamiento global y las especies invasoras, según la investigación
científica, cuyos resultados han sido difundidos hoy.
Se
trata de una evaluación conjunta del Programa de la ONU para el Medioambiente y
de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) en la
que han participado 90 investigadores, que concuerdan en que más la mitad de
los corales del Caribe han desaparecido desde los años setenta.
"El
ritmo al que los corales del Caribe han disminuido es realmente
alarmante", declaró el director de Programa Global Marine del UICN, Carl
Gustaf. Sin embargo, su suerte no está echada, asegura el informe, que afirma
que la reintroducción de peces loros (especie herbívora) y el mejoramiento de
gestión de su hábitat pueden salvarlos. La pérdida de ese pez -por una pesca
excesiva el pasado siglo-, así como de erizos marinos -debido a una enfermedad
desconocida que los diezmó en el siglo XX- es considerada una de las causas de
la pérdida de corales en el Caribe.
La
fuerte disminución de estas especies ha rotó el delicado equilibrio del
ecosistema de los corales y permite a las algas, de las que normalmente los
corales se alimentan, ahogar los arrecifes.
Para
ello se requiere una protección frente a la sobrepesca y a la contaminación de
los litorales, que podrían ayudar a la recuperación de los arrecifes y hacerlos
más resistentes frente al cambio climático, que provoca un aumento en la
temperatura de los mares.
Este
último fenómeno había sido considerado como la causa principal de la
degradación de los corales debido a que aumenta el nivel de acidez de los
océanos y causa su blanqueamiento o pérdida de pigmentación.
La
investigación, basada en el análisis de más de 35.000 muestras en 90 lugares
diferentes del Caribe, corrobora también que los corales protegidos de la
sobrepesca y la contaminación costera (por el turismo o el desarrollo de
infraestructuras) soportan mejor el cambio climático.
De
otra parte, se consiguió determinar que las población más saludable de corales
se encuentra en áreas donde se ha prohibido o limitado cualquier actuación que
pueda dañar a los peces loro, como en el santuario nacional marino de Estados
Unidos, Flower Garden Banks, en la zona norte del Golfo de México, Bermuda y
Bonaire.
El
informe alienta medidas como la de Barbuda, que está preparando el plan de
gestión para convertir una tercera parte de sus aguas costeras en reservas
marinas.
Las
zonas del Caribe donde los corales más han disminuido corresponden a Jamaica y
toda la extensión del arrecife de Florida, desde Miami hasta Key West, así como
las Islas Virginia (EEUU).
El
Caribe alberga al 9 por ciento de los corales de todo el mundo, que en total
vive en aguas de 38 países, donde su existencia genera importantes ingresos a
las poblaciones locales a través de la pesca, el turismo y otros servicios. Se
considera que la pesca artesanal, que es una actividad esencial para la
economía de varios países caribeños, tiene efectos "catastróficos"
sobre los corales.
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